Fueron a identificar a un sospechoso y desde atrás de un vehículo sale un individuo que le efectúa dos disparos al Teniente Sanabria. Pero lo peor para él fue ver como habían matado a su amigo y compañero, el Sargento Recalde.
Empieza ahí un sinfín de sufrimientos para el Teneinte Sanabria, ya que tuvo dos intentos de suicidios en el año 2007 y 2009 debido a la grave desesperación de estar a la deriva, sin un reconocimiento y teniéndose que hacerse cargo él mismo de su salud (dado que ni la ART, ni el servicio social de Policía lo asistieron) y de una familia sin el amparo de la Institución Policial, ni del Estado.
Tras uno de esos intentos de suicidio tuvo que ser hospitalizarlo en una clínica psiquiátrica. No solo este hombre que brindó 23 años de servicio a la sociedad padece los sufrimientos sino también su familia. Uno de sus dos pequeños hijos enfermó de epilepsia lo que hace que hoy por hoy reciba un tratamiento debido a su enfermedad.
Para cambiar su estado anímico, en 2013 Sanabria empezó a vestirse de payaso y visita hospitales de niños con pacientes oncológicos. También ha estado llevando alegría al Comedor de los Carasucias
cuya titular fuera la ya fallecida, Mónica Carranza. Además, colabora como voluntario con la Fundación Life para los niños.
Eso fue un alimento al alma para este ser humano que sintiéndose útil, empezó a opacar esa tristeza que tiene tras los años que dedicó con esfuerzo y amor a su profesión. Hoy se gana la vida como payaso en plazas y calles pero ni siquiera poniendo precio a los globitos infantiles que arma, sino que lo deja a voluntad de la gente.
Es hasta el día de hoy con casi 10 años de lucha, que todavía no lo reconocen como herido en acto de servicio. Escuchá su historia aquí
